Cúcuta, entre sicariatos, masacres, la convierte en la Ciudad Más Violenta de Norte de Santander

La muerte del abogado y veedor Jaime Vásquez ha sacudido a Cúcuta, una ciudad ya de por sí inmersa en una espiral de violencia que parece no encontrar freno. Según un informe sobre dinámicas de violencia en el departamento durante el año 2023, realizado por la Corporación Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos (Corporeddeh), Cúcuta y su área metropolitana se han convertido en una de las zonas más peligrosas de Norte de Santander, incluso superando a municipios tradicionalmente afectados por el conflicto, como el Catatumbo.

Los números son alarmantes: en 2022, Cúcuta registró 256 homicidios, cifra que se incrementó a 308 en 2023. Este aumento en la violencia se refleja también en otros tipos de delitos, como secuestros, minas antipersonales, extorsión, reclutamiento forzado y desplazamientos, entre otros. La presencia de numerosas bandas criminales, tales como AK47, Tren de Aragua, La Línea, Los Porras, Los Lobos, Las Autodefensas Gaitanitas De Colombia, Bandas De Microtráfico, Trata de Personas, entre otros, ha contribuido al clima de inseguridad en la ciudad.

Ante esta situación, han surgido propuestas polémicas para enfrentar el problema de la seguridad, como la idea de permitir el porte de armas y levantar un muro entre Colombia y Venezuela. Sin embargo, es importante destacar que las armas de fuego han sido los principales instrumentos utilizados para cometer homicidios, representando el 83,30% de los casos.

En el ámbito del departamento de Norte de Santander, se registraron un total de 581 homicidios durante 2023, de los cuales 308 ocurrieron en Cúcuta. Otras ciudades también sufrieron la violencia, como Ocaña con 56 homicidios, Villa del Rosario con 44, Tibú con 39, Ábrego con 21, Los Patios con 17, Puerto Santander con 15, El Carmen con 14, Convención con 13, Zulia con 12 y el resto de los municipios sumando 42 casos.

La reacción de las autoridades ante esta situación ha sido cuestionada, calificada muchas veces como “mediática” y no como una respuesta efectiva. La ausencia de políticas serias y reacciones oportunas ha permitido que las bandas criminales ganen terreno en la zona, exacerbando la violencia y generando un clima de temor entre los ciudadanos.

El asesinato de Jaime Vásquez, un defensor incansable de la transparencia y la justicia, representa no solo una pérdida para su familia y la comunidad, sino también un llamado de atención urgente sobre la necesidad de abordar de manera integral y efectiva el problema de la violencia en Cúcuta y todo Norte de Santander.

Masacre en Cúcuta

El asesinato de Jhon Stiven Lindarte Moncada, alias Bacalao, Abdías Bautista Morales y Leonel Gómez Pacheco, ha conmocionado profundamente a la ciudad de Cúcuta, dejando a la comunidad sumida en el dolor y la consternación. Este trágico incidente tuvo lugar en pleno Intercambiador de Atalaya, un lugar que debería ser de tránsito seguro pero que ahora se ha teñido de violencia y tragedia.

Según los informes, las víctimas se encontraban disfrutando en un establecimiento comercial cuando un hombre, que transitaba a pie, se acercó y les disparó indiscriminadamente, arrebatándoles la vida de manera cruel y despiadada. La rapidez y la ferocidad del ataque dejaron a todos sorprendidos y horrorizados.

Después del ataque, aquellos que presenciaron la escena corrieron para auxiliar a los heridos, pero lamentablemente Abdías Bautista Morales y Leonel Gómez Pacheco ya habían perdido la vida. Jhon Stiven Lindarte Moncada, conocido como Bacalao, aún luchaba por su vida cuando fue trasladado al centro asistencial más cercano, sin embargo, los esfuerzos por salvarlo resultaron infructuosos y también falleció poco después.

La descripción del testigo sobre el sicario, vestido con un bluyín, una chaqueta y una gorra, brinda un indicio pero pone de manifiesto la angustiante realidad de la inseguridad que azota a la ciudad. La falta de una política pública de seguridad efectiva y contundente por parte de las autoridades locales ha generado un ambiente de vulnerabilidad y temor entre los ciudadanos.

Este trágico suceso es un llamado de atención urgente para que las autoridades tomen medidas concretas y eficaces para combatir la violencia y garantizar la seguridad de todos los habitantes de Cúcuta. Sin un compromiso real y acciones concretas por parte del alcalde y el director de la MECUC, será difícil avanzar hacia una ciudad más segura y tranquila para todos. La comunidad necesita respuestas y soluciones inmediatas ante esta escalada de violencia que amenaza la paz y la estabilidad de la ciudad.

Muerte en el Anillo Vial Oriental: Ataque Sicarial

En un fatídico incidente ocurrido ayer a las 1:35 de la tarde, un tramo del Anillo Vial Oriental, situado frente a un centro de acopio de combustible, se convirtió en el escenario de un ataque a balazos contra los ocupantes de un vehículo en movimiento, dejando un saldo trágico que ha conmocionado a la comunidad.

Inicialmente, se pensó que el vuelco de un Chevrolet Spark en la vía podría haber sido producto de un accidente, pero testimonios presenciales confirmaron que se trató de un acto sicarial. En este violento suceso perdió la vida Franklin Jordan García Montaño, mientras que su esposa resultó ilesa, y el conductor del vehículo, herido, perdió el control del automóvil, ocasionando su volcamiento.

El conductor herido fue socorrido y trasladado a un centro médico, donde se encuentra en proceso de recuperación. Según información obtenida, García Montaño y su esposa solicitaron los servicios del conductor de InDrive, supuestamente conocido, para llevarlos desde el barrio La Ermita hasta un supermercado en Trapiches de Villa del Rosario, con la intención de realizar algunas compras.

Alrededor de la 1:30 de la tarde, después de cargar las bolsas en el vehículo, la pareja y el conductor iniciaron su viaje de regreso, tomando el Anillo Vial Oriental. Sin embargo, cuando llegaron frente al centro de acopio de combustible, fueron interceptados por dos hombres a bordo de una motocicleta Suzuki GN.

El pasajero trasero de la moto sacó una pistola y, sin detener la marcha, comenzó a disparar contra Franklin García, quien se encontraba en el asiento del copiloto, en un acto de violencia que ha dejado consternada a la comunidad y ha levantado preocupaciones sobre la seguridad en la zona.

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