Aunque el Gobierno celebra la baja tasa de desempleo, más del 70% de los nuevos empleos generados en abril de 2025 fueron informales. Analistas temen que la reforma laboral acentúe esta tendencia.
Con la reforma laboral a punto de aprobarse en el Congreso de la República, crecen las voces de preocupación por un fenómeno que parece enquistarse en el mercado de trabajo colombiano: la informalidad. Aunque el Gobierno Nacional ha celebrado una caída histórica en la tasa de desempleo, los analistas advierten que el tipo de empleos que están surgiendo no necesariamente representan una mejora en las condiciones laborales del país.
Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), al corte de abril de 2025, el 55% de los trabajadores en Colombia están en condiciones de informalidad laboral, es decir, no tienen contrato legal ni están vinculados al sistema de seguridad social. Esto significa que 55 de cada 100 trabajadores ejercen oficios por fuera de las garantías laborales que exige el Estado.
Pese a que esta cifra es inferior al 59,2% de abril de 2021 y al 55,7% de abril de 2024, el punto de alerta está en la calidad de los empleos creados recientemente. En abril de este año, de los 711.000 nuevos puestos de trabajo, más de 528.000 fueron informales, lo que representa más del 70% del total, según cálculos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
José Ignacio López, presidente de la Anif, explicó que la mayoría de esos nuevos ocupados se ubicaron en la categoría de “cuenta propia”, es decir, personas que emprendieron actividades económicas individuales para sobrevivir, en muchos casos sin ningún tipo de respaldo institucional o formalización. “Estamos viendo un repunte del rebusque, disfrazado bajo el término ‘cuentapropismo’”, señaló.
Una cifra histórica que no convence
El presidente Gustavo Petro y su equipo económico han exaltado la reducción de la tasa de desempleo a 8,8% en abril, la más baja para ese mes en lo corrido del siglo XXI. Incluso, Colombia ocupó el primer lugar entre los países de la OCDE con menor tasa de desocupación relativa ese mes.
Sin embargo, críticos como Bruce Mac Master, presidente de la Andi, han llamado la atención sobre la otra cara de la moneda: “Lo que estamos viendo es un incremento inmenso en la informalidad laboral de Colombia y no estamos haciendo nada contra eso”.
¿Qué dice el DANE?
Piedad Urdinola, directora del DANE, defendió los resultados afirmando que también hay un crecimiento en el empleo formal. Según sus cifras, la población ocupada pasó de 21,8 a 23,5 millones entre abril de 2024 y abril de 2025, y de ese crecimiento, 497.000 fueron nuevos trabajadores formales, frente a 114.000 informales.
Aun así, los 12,96 millones de trabajadores informales siguen superando a los 10,91 millones de trabajadores formales en Colombia. Una balanza que genera inquietudes frente a lo que puede representar la reforma laboral.
La reforma en la mira
Desde su radicación, el proyecto de reforma laboral impulsado por el Ministerio del Trabajo ha generado polémica. Aunque el texto ha sido modificado tras el debate en el Congreso, los centros de pensamiento siguen alertando sobre sus posibles efectos adversos.
Inicialmente, el Banco de la República calculó que la reforma podría destruir hasta 450.000 empleos. Actualmente, la Anif estima que 140.000 empleos formales estarían en riesgo, lo que representaría una reducción del 1,28% en la ocupación formal del país.
Medellín: ejemplo con matices
Medellín ha sido una de las ciudades con mejor desempeño en empleo formal. En abril de 2025, registró una tasa de desempleo de 7,8%, la más baja entre las 23 principales ciudades del país. Además, es la tercera ciudad con menor informalidad, con un 39,8%, superada solo por Bogotá (36,6%) y Manizales (35,1%).
No obstante, la capital antioqueña también presentó un leve aumento en la informalidad laboral, al pasar del 39% al 39,8% en el último año. Para Freddy Pulgarín, vicepresidente de Competitividad y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Medellín, la explicación está en la resiliencia pospandémica de la ciudad: “Medellín es otra ciudad desde la pandemia. La emergencia sanitaria fortaleció sus instituciones, pero aún hay retos estructurales”, indicó.
¿Una reforma que suma o resta?
El debate sigue abierto. Mientras el Gobierno se apoya en cifras históricas para mostrar avances en materia laboral, los expertos insisten en que el país debe concentrarse no solo en generar empleo, sino en garantizar su formalidad, estabilidad y calidad. Con una reforma laboral a punto de ver la luz, el desafío es aún mayor: evitar que se multipliquen los puestos sin garantías y que el “rebusque” siga siendo la única opción para millones de colombianos.
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