El conflicto alcanzó un nuevo y alarmante nivel con un ataque masivo de Israel contra instalaciones nucleares y líderes militares iraníes, seguido de una andanada de misiles de Irán hacia territorio israelí. La comunidad internacional teme una guerra regional de gran escala.
Una nueva y peligrosa etapa del prolongado conflicto entre Israel e Irán se desencadenó en las últimas 48 horas, luego de que Israel lanzara un devastador ataque contra objetivos militares y nucleares iraníes, dejando al menos 78 muertos y cientos de heridos, entre ellos altos mandos militares y científicos del programa nuclear. En respuesta, Irán disparó decenas de misiles balísticos hacia territorio israelí durante la madrugada del sábado, desatando una de las mayores confrontaciones militares directas entre ambos países en la historia reciente.
Las sirenas de alerta aérea resonaron en numerosas ciudades israelíes, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que lograron interceptar parte de los proyectiles lanzados desde Irán. Al mismo tiempo, las defensas antimisiles iraníes fueron activadas por informes de nuevas incursiones aéreas israelíes sobre varias provincias, incluyendo Isfahán y Qom.
El epicentro de los ataques israelíes fue la planta nuclear de Natanz, donde, según el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, se destruyó una instalación de enriquecimiento de combustible que producía uranio al 60 %. Grossi reveló que también se dañaron las infraestructuras eléctricas y los generadores de respaldo, provocando potenciales afectaciones en las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio.
“Hay contaminación radiológica y química dentro de la planta, aunque fuera de ella los niveles se mantienen normales”, advirtió Grossi en una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU.
Objetivos estratégicos y mensaje político
La ofensiva israelí, que incluyó ataques cinéticos y cibernéticos según fuentes de inteligencia estadounidenses citadas por CNN, apuntó no solo a instalaciones nucleares clave, sino también a líderes militares de alto rango. Entre los fallecidos, Teherán confirmó la muerte del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica, así como de varios científicos del programa atómico.
“Fue un ataque de espectro completo”, describió un funcionario de seguridad de EE. UU. que tuvo acceso a las evaluaciones preliminares de daños. Las imágenes satelitales y videos geolocalizados muestran incendios de gran magnitud envolviendo la planta de Natanz, ubicada a 250 kilómetros al sur de la capital iraní.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu monitoreó los ataques desde un búnker junto al ministro de Defensa, Israel Katz, y altos mandos de seguridad. “Vendrán más”, advirtió Netanyahu, al señalar que la operación militar podría extenderse varios días más.
Irán responde con fuego
Horas después del ataque israelí, Irán lanzó una contundente represalia con cientos de misiles y drones suicidas contra objetivos en suelo israelí. Las FDI reportaron que varias ciudades activaron sus sistemas de defensa, mientras se registraron impactos en regiones del sur y del centro del país.
El embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, denunció que los ataques israelíes constituyen “un crimen de guerra” y responsabilizó a Estados Unidos por brindar apoyo logístico, político y armamentístico. “A quienes apoyan a este régimen, con Estados Unidos a la cabeza, les decimos: comparten toda la responsabilidad por las consecuencias”, dijo Iravani.
El diplomático iraní también aseguró que más de 320 personas resultaron heridas, en su mayoría civiles, y prometió que Irán no quedará de brazos cruzados ante lo que calificó como una “agresión imperialista”.
Trump respalda a Israel
Desde Washington, el expresidente Donald Trump se pronunció con contundencia: “Por supuesto que apoyamos a Israel. Irán debe aceptar un acuerdo nuclear antes de que no quede nada”, declaró en una entrevista con CNN. Aunque la administración actual de EE. UU. aún no ha dado declaraciones oficiales, se teme una implicación más directa del país norteamericano en caso de una escalada sostenida.
Riesgos de una guerra regional
Analistas internacionales advierten que la ofensiva israelí contra instalaciones nucleares y líderes estratégicos iraníes podría ser el detonante de una guerra regional sin precedentes en Medio Oriente. Además del riesgo inmediato de conflicto armado directo entre dos potencias regionales, se teme la activación de actores aliados de Irán en el Líbano (Hezbolá), Siria y Yemen.
“El hecho de que se hayan atacado directamente instalaciones nucleares eleva este conflicto a un nivel que no habíamos visto. Es una provocación estratégica que pone en jaque la estabilidad global y la seguridad nuclear”, afirmó Michael Singh, del Washington Institute for Near East Policy.
La posibilidad de una intervención del Consejo de Seguridad de la ONU para mediar o presionar un cese al fuego parece cada vez más remota, en un contexto de polarización internacional donde Rusia y China respaldan las quejas iraníes, y Estados Unidos y sus aliados europeos cierran filas con Israel.A
Al borde del abismo
Los hechos de las últimas horas evidencian una escalada sin precedentes en las tensiones entre Israel e Irán. Con decenas de muertos, infraestructura nuclear destruida, fuego cruzado y amenazas explícitas de prolongar las hostilidades, la región y el mundo se enfrentan a un escenario extremadamente volátil. Las decisiones que se tomen en las próximas 72 horas podrían definir si se impone la diplomacia o si el Medio Oriente queda envuelto en una guerra total con consecuencias imprevisibles.
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