Según Chaparro, el departamento de Norte de Santander se encuentra entre los más afectados por este fenómeno. En esa región se registraron dos de los hechos más graves de 2024: el asesinato del periodista y líder social Jaime Vásquez, en Cúcuta, y el de Jorge Méndez, en el municipio de Tibú, ambos en contextos de alta conflictividad armada.
El representante de la FLIP explicó que existen distintos tipos de amenazas, pero las más preocupantes son aquellas que comprometen directamente la vida del periodista y la de su entorno familiar. “Buscan censurar o controlar agendas informativas. Estas situaciones dejan profundas secuelas emocionales y psicológicas, además de afectar gravemente el derecho de la ciudadanía a estar informada”, subrayó.
Chaparro enfatizó que las zonas donde se han intensificado las intimidaciones coinciden con territorios disputados por grupos criminales. “Cúcuta y Tuluá son ejemplos donde hay una gran multiplicidad de actores armados que presionan con violencia sobre lo que se publica o se oculta. Son poderes de facto que se arrogan facultades editoriales”, denunció.
Además de los riesgos provenientes de grupos ilegales, la FLIP también ha identificado una preocupante estigmatización del trabajo periodístico por parte de algunos sectores políticos. “Vemos intentos constantes de editorializar lo que dicen los periodistas, con ataques que provienen de distintos niveles del poder: local, departamental y nacional”, apuntó.
Uno de los casos que ha generado especial preocupación es la carta enviada por la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) a varios medios televisivos, un hecho que la FLIP considera como un intento de “censura previa” y una señal alarmante de debilitamiento de las garantías estatales hacia la libertad de expresión.
De cara al próximo periodo electoral, la organización anticipa un escenario aún más hostil para el ejercicio periodístico. “Prevemos un aumento de las agresiones a periodistas. Por eso, hacemos un llamado a las autoridades locales, regionales y nacionales para que refuercen las medidas de protección y garanticen condiciones mínimas para el trabajo de la prensa”, expresó Chaparro.
Finalmente, reiteró que la FLIP no busca intervenir en las líneas editoriales de los medios, sino defender su independencia. “Nuestro llamado es a ejercer la labor periodística con ética, rigor informativo y a fortalecer los protocolos de cuidado y autocuidado en las redacciones”, concluyó.




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