EPM lleva conciencia ambiental a la Fiesta del Libro de Medellín: aprender a cuidar el agua también es cultura

En la versión número 19 de la Fiesta del Libro y la Cultura, Empresas Públicas de Medellín se destacó como gran aliado al promover, a través de actividades artísticas y pedagógicas, el uso responsable del agua entre niños y adultos.


Bajo el cielo amable de Medellín, entre libros, risas y el aroma a papel nuevo, la Fiesta del Libro y la Cultura celebró su versión número 19, una cita que año tras año se consolida como uno de los encuentros más queridos por los antioqueños. Este año, más allá de las letras y los relatos, un tema vital fluyó con fuerza: el agua.

Empresas Públicas de Medellín (EPM) fue uno de los grandes aliados del evento. No se limitó a acompañar la celebración, sino que la llenó de actividades artísticas, pedagógicas y sensoriales para que niños, jóvenes y adultos aprendieran —de manera lúdica— sobre el uso responsable del recurso más esencial de todos.

Entre risas infantiles y manos manchadas de témpera, los asistentes participaron en talleres donde el aprendizaje surgía del juego. “Aprendí que hay que cuidar siempre el agua y no dejar la llave abierta porque eso gasta mucha agua”, contó con orgullo una niña, que acababa de salir de una de las estaciones interactivas.

El mensaje no solo caló en los más pequeños. Padres y madres agradecieron el espacio por permitirles reflexionar junto a sus hijos. “Nunca había tenido la oportunidad de compartir con mi hija y que EPM nos brindara estos pasos de conciencia. Muy agradecida, y que sigan con estos espacios para poder nosotros tomar conciencia”, comentó una madre, con emoción visible.

Las conversaciones entre asistentes dejaban ver una misma idea: el agua no es un recurso infinito, y aprender a cuidarla es una tarea colectiva. “Empresas Públicas siempre ha querido alinearnos con el cuidado del agua, enfatizar en su importancia. Aprendimos mucho”, dijo uno de los participantes, mientras otros asentían.

Entre cuentos, títeres y charlas, la pedagogía ambiental se convirtió en una experiencia viva. Los más pequeños reconocían que “hay personas que no pueden recibir el agua” y que “es importante no malgastarla”, mientras los adultos subrayaban el valor de educar desde temprano: “Es muy importante, sobre todo para los niños, que apenas empiezan a conocer el mundo y que serán parte del futuro del país”.

Al caer la tarde, entre luces cálidas y el murmullo de los visitantes, quedó claro que la Fiesta del Libro fue también una fiesta de conciencia. Una invitación a pensar que cada gota cuenta y que educar en torno al agua es invertir en la vida.

Como lo resumió un asistente: “EPM debería seguir patrocinando estos espacios. Es una inversión, no un gasto. Es una inversión a futuro”.

Y en medio de tanto aprendizaje, Medellín volvió a demostrar que la cultura también puede ser una corriente limpia que transforma, une y enseña a cuidar lo que somos: agua, palabra y comunidad

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