La tensión diplomática entre Washington y Bogotá llega a un punto crítico tras ataque a la embajada de EE. UU. y operación militar en el Caribe. Trump acusa a Petro de “liderar el narcotráfico” y suspende ayudas millonarias.
Gustavo Petro, presidente de Colombia y Donald Trump, presidente de los EE.UU. Foto presidencia y Getty.La relación entre Estados Unidos y Colombia atraviesa uno de sus peores momentos en décadas. El presidente estadounidense, Donald Trump, arremetió este domingo con dureza contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro, a quien acusó públicamente de ser un “líder del narcotráfico” y de permitir la expansión masiva de cultivos ilícitos en el país.
El estallido diplomático ocurrió apenas 48 horas después del ataque a la embajada estadounidense en Bogotá, perpetrado por miembros del autodenominado Congreso de los Pueblos, un grupo de encapuchados armados con flechas. El hecho no fue condenado por el presidente Petro, lo que habría colmado la paciencia de Trump.
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump afirmó que “Colombia ha convertido este negocio [el narcotráfico] en el más grande del país y Petro no hace nada para detenerlo, pese a los enormes pagos que recibe de Estados Unidos”. Además, anunció la suspensión inmediata de todos los recursos económicos destinados a la cooperación antidrogas, una cifra que en 2023 superó los 740 millones de dólares.
“A partir de hoy, estos pagos, o cualquier otra forma de pago o subsidios, ya no se realizarán a Colombia”, escribió el presidente estadounidense. “El propósito de esta producción de drogas es la venta de cantidades masivas de producto en Estados Unidos, causando muerte, destrucción y caos”.
Petro responde con movilización y críticas a EE. UU.
Gustavo Petro, por su parte, utilizó su cuenta de X (antes Twitter) para responder a las declaraciones, aunque evitó mencionar directamente a Trump. En su mensaje, sugirió que acudirá a la movilización social como mecanismo de respuesta, a pesar de que recientes convocatorias del Gobierno han tenido una baja participación, salvo aquellas apoyadas logísticamente con transporte y alimentación.
Petro también cuestionó una reciente operación militar de EE. UU. en el mar Caribe, en la que resultaron muertos tres presuntos miembros del ELN. Según el mandatario, la ofensiva se habría realizado contra una embarcación con ciudadanos colombianos a bordo. “Se ha abierto un nuevo escenario de guerra: el Caribe”, advirtió en redes sociales, agregando que “la agresión es contra toda América Latina y el Caribe”.
Operación militar y descertificación total
La tensión se agudizó tras la confirmación de una operación militar por parte del gobierno estadounidense, en la que una lancha supuestamente afiliada al ELN fue destruida el pasado viernes en aguas internacionales. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que la embarcación era utilizada para transportar grandes cantidades de cocaína y que la acción dejó tres muertos. También se confirmó la repatriación de dos sobrevivientes: un colombiano y un ecuatoriano.
En septiembre pasado, EE. UU. ya había retirado la certificación a Colombia en materia de lucha antidrogas, citando un aumento en los cultivos de coca y la producción de cocaína. Sin embargo, entonces no se suspendieron los recursos, como un gesto hacia el pueblo colombiano. La nueva decisión implica una "descertificación total", según el profesor Camilo González, experto en relaciones internacionales de la Universidad Javeriana.
“Esto significa que no habrá ninguna ayuda de ningún tipo. Es una decisión sin exenciones y con implicaciones graves para la reputación internacional de Colombia”, explicó González.
Impacto económico y geopolítico
La suspensión de los fondos estadounidenses golpea directamente las finanzas públicas colombianas, particularmente en áreas sensibles como la erradicación de cultivos ilícitos, programas de capacitación y operaciones militares. La mitad de los recursos que Colombia recibe de EE. UU. están destinados precisamente a la lucha contra el narcotráfico; el resto apoya programas sociales, humanitarios y alimentarios.
Además, Trump advirtió que, si Colombia no modifica su política, Estados Unidos “actuará directamente”. “Petro debería cerrar estos campos de muerte de inmediato, o Estados Unidos lo hará, y no será de manera amable”, sentenció.
Este es, sin duda, uno de los episodios más tensos en la historia reciente de las relaciones bilaterales entre ambos países, comparable únicamente con la crisis diplomática durante el gobierno de Ernesto Samper en la década de los noventa, tras el escándalo del narcotráfico y los dineros del cartel de Cali.






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