Gustavo Petro entre promesas y frustraciones: The Economist lanza dura crítica a su gestión

La revista británica asegura que el primer presidente de izquierda de Colombia ha gobernado más desde el conflicto que desde la construcción, y cuestiona duramente su estilo, sus reformas fallidas y el anuncio de una posible asamblea constituyente

Presidente Gustavo Petro 

Desde su llegada al poder en agosto de 2022, Gustavo Petro prometió cambiar la historia del país. Anunció reformas estructurales en salud, pensiones, trabajo y una “paz total” que silenciaría las armas a través del diálogo. Pero tras casi dos años de mandato, su gestión ha quedado marcada por la inestabilidad política, tensiones con el Congreso, inseguridad creciente y promesas incumplidas. Así lo retrata una demoledora columna de The Economist, que resume el paso del mandatario por la Casa de Nariño como un periodo de “frustraciones más que avances”.

Reformas bloqueadas y choques de poder

La publicación británica sostiene que Petro ha enfrentado múltiples obstáculos para avanzar en su agenda, empezando por la falta de una coalición sólida y su estilo confrontacional, que ha generado continuos choques con el Congreso, la justicia y otros órganos del poder público.

“The Economist” califica su estilo como “pugilístico”, haciendo referencia a su constante enfrentamiento con el Legislativo. Esto, señalan, ha sido uno de los principales motivos del fracaso de sus reformas bandera.

En materia de salud, Petro propuso desmantelar el modelo mixto existente, en lugar de introducir ajustes puntuales. El resultado: enfrentamientos, intervenciones a EPS, protestas masivas y un proyecto hundido. Aunque una versión más moderada fue aprobada por la Cámara en marzo de 2025, el Senado podría enterrarla definitivamente, advierte la revista.

El panorama no mejora en lo pensional. Su reforma, que impone una cotización obligatoria al sistema público para salarios de hasta 2,3 mínimos, fue devuelta por la Corte Constitucional al Congreso, tras denuncias de irregularidades en su aprobación. Lo que debía entrar en vigor el 1 de julio quedó ahora en un limbo jurídico.

Solo en el campo laboral Petro logró una victoria, y no sin polémica. Tras dos rechazos en el Senado, su reforma fue aprobada luego de que el mandatario amenazara con convocar una consulta popular. Entre otras medidas, incrementa los recargos por trabajo en domingos y festivos, endurece la formalización laboral y protege a independientes, aunque podría elevar los costos de contratación hasta en un 15 %, según Fedesarrollo. “Esto podría aumentar la informalidad”, alertó The Economist, en un país donde el 60 % de los trabajadores ya están por fuera del sistema formal.

“Paz total”, violencia real

La paz prometida también se desvanece. Los atentados recientes —como el perpetrado contra el senador Miguel Uribe en Bogotá— y las masacres en Cali y el campo colombiano, contrastan con el discurso presidencial. La revista recoge el testimonio de un líder social del Catatumbo, víctima del desplazamiento, quien expresa su decepción:
“Hicimos muchos sacrificios para que Petro pudiera ser presidente. Ahora temo que todo haya sido en vano”.

Crisis de gabinete y retórica peligrosa

En el plano político, el caos también es evidente. En menos de dos años han pasado más de 50 ministros por el gabinete, lo que refleja una enorme inestabilidad institucional. A esto se suma la agresiva retórica presidencial en redes sociales, donde Petro ha comparado a sus críticos con nazis o esclavistas. Las denuncias de su exministro de Relaciones Exteriores —quien lo acusó de consumo de drogas— solo han profundizado el deterioro de su imagen, aunque el mandatario niega rotundamente esas afirmaciones.

Asamblea constituyente: ¿una salida autoritaria?

Uno de los puntos más críticos del análisis de The Economist es el anuncio de Petro el pasado 20 de junio: incluir una papeleta para convocar una asamblea constituyente durante las elecciones generales de 2026. Aunque la Constitución de 1991 ha sido modificada por gobiernos anteriores, Petro propone una reescritura completa sin claridad sobre su alcance.

La revista advierte que esta propuesta es una “idea peligrosa”, ya que podría ser utilizada para introducir por vía constitucional lo que no ha podido materializar por vía legislativa. Con una aprobación ciudadana que ronda el 30 %, sin posibilidad de reelección ni sucesor político fuerte, el presidente parecería estar buscando una legitimación popular directa para asegurar su legado.

Un gobierno tambaleante

Ya en junio de 2024, The Economist había advertido que el presidente colombiano “estaba tambaleando”, con reformas estancadas y una oposición activa en el Congreso y en las calles. Aunque reconoció que Petro llegó con la intención de reducir la desigualdad en uno de los países más desiguales del mundo, insistió en que su ambiciosa agenda ha naufragado en la realidad política.

Ahora, tras la más reciente evaluación, el medio británico deja claro que el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia podría cerrar sin cumplir sus grandes promesas, con un mandatario que, lejos de consolidar una transformación, parece encerrado en su retórica y confrontación constante.

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