Petro en Medellín: entre provocaciones, señalamientos y un confuso llamado a la paz urbana

Durante un extenso y polémico discurso desde la plazoleta de La Alpujarra, el presidente Gustavo Petro se refirió reiteradamente a Antioquia y Medellín, en medio de señalamientos al alcalde Federico Gutiérrez, a la justicia, a la Fuerza Pública y a la minería legal. El evento terminó siendo más un relanzamiento del fallido “Pacto por la paz urbana” que una verdadera celebración por la reforma laboral.

El presidente Gustavo Petro y Alcalde de Medellín Federico Gutiérrez. Foto: Colprensa

Por más de dos horas, Medellín fue el escenario del discurso más confrontacional que ha dado el presidente Gustavo Petro en su visita reciente al departamento de Antioquia. Desde una tarima en la plazoleta de La Alpujarra, acompañado de figuras como el exalcalde Daniel Quintero, Armando Benedetti, Isabel Zuleta y León Fredy Muñoz —además de polémicos líderes criminales detenidos en la cárcel de Itagüí trasladados por el Inpec— el presidente pronunció un mensaje cargado de acusaciones, descalificaciones y referencias reiteradas a la región antioqueña.

El encuentro, anunciado como una celebración por la aprobación de la reforma laboral, se convirtió en el relanzamiento del cuestionado proyecto “Un pacto por la paz urbana en Medellín”, que busca comprometer a actores armados sin marco jurídico claro. La presencia de los detenidos fue duramente criticada por el alcalde Federico Gutiérrez y el gobernador Andrés Julián Rendón, quienes afirmaron que Petro “nos pone la lápida” y que “Antioquia está por encima del oportunismo del Gobierno Nacional”.

Un inicio sin protocolos y con desafío

Sin saludar a las autoridades locales, el presidente arrancó su discurso con un tono beligerante:

“Un saludo especial a todas y todos los antioqueños. Ahora a la colombianidad. Por ahí un alcalde dijo que yo no debería venir aquí. Vamos allá, mamola. El Presidente va donde quiera porque es el jefe del Estado por el voto popular. Yo no le tengo miedo. No amenace”.

Más adelante, agregó que el alcalde Gutiérrez “creyó que toda Antioquía estaba en mi contra, y yo ya me temo que la mayoría no está en mi contra”. Sin embargo, la escasa movilización ciudadana y las encuestas sugieren lo contrario.

Señalamientos a la Fiscalía, a la justicia local y a la Policía

Petro también aludió a la supuesta intervención indebida de una asesora de la Alcaldía en la Fiscalía:

“Le pido al alcalde Fico que no rompa la Constitución y saque a la fiscal de la oficina porque la Fiscalía debe ser independiente del Ejecutivo. Y les pido a los fiscales de Antioquia que me ayuden a construir la paz de Antioquia y no a hundirla en la violencia permanente”.

En su relato, insinuó que fiscales reciben órdenes para perseguir enemigos políticos, lo que, según él, “se llama dictadura”. Esto refuerza la narrativa del exalcalde Quintero sobre una presunta persecución judicial. 

Críticas a la Fuerza Pública y a la minería legal

Petro generalizó sobre el comportamiento de la Policía y el Ejército en Antioquia al señalar:

“Le he dicho a la Policía y al Ejército ‘no más oficiales arrodillados al dinero de la mafia’”.

Más grave aún fue su orden pública contra la empresa AngloGold Ashanti, sin distinguir procesos judiciales ni administrativos:

“No voy a firmar ninguna resolución que permita que siga la minería en Jericó y zonas aledañas. La funcionaria que prorrogó eso, lo hizo sin mi autorización. A los dueños de la Anglo Ashanti, deben saber que se deben retirar”.

Críticas a las políticas sociales de Medellín

Desconociendo esfuerzos locales en vivienda y urbanismo, Petro acusó a Medellín de aplicar políticas de exclusión:

“En Antioquía y Medellín ha habido una política continua de gentrificación: al pobre lo sacan del centro y lo echan a las comunas”.

Sobre el manejo de la educación artística, lanzó otra crítica sin respaldo fáctico:

“Dijimos que en cada escuela debía enseñarse arte y música. ¿Por qué no se cumple en Medellín eso? La ley se cumple en Medellín, en Antioquía y en Colombia”.

Y en una afirmación sin contexto preciso, añadió:

“Le pedí al ministro de Educación que haga una auditoría porque si aumentamos el dinero a la educación pública, eso va a todos los municipios de Antioquía y a la Alcaldía de Medellín”.

Declaraciones sin fundamento y ataques a la prensa

En un pasaje desconectado del resto del discurso, Petro aseguró que entre los “ricos del mundo” hay quienes “disfrutan cómo violan y descuartizan niños, algunos de los cuales son de Medellín”, sin presentar pruebas, contexto o responsables.

También arremetió contra el diario El Colombiano:

“Lo que dijo la directora de El Colombiano era falso”, refiriéndose a los recursos para universidades públicas.
“Ya El Colombiano titulaba: ‘el Presidente llevó a los jefes de banda a la tribuna’…”.

Organizaciones como la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) han advertido en varias ocasiones sobre las frecuentes vulneraciones a la libertad de prensa por parte del mandatario.

Un discurso largo, disperso y cargado de confrontaciones

Lejos de tender puentes con Antioquia, el discurso del presidente Gustavo Petro profundizó las divisiones políticas con las autoridades locales. Las reiteradas referencias al departamento estuvieron cargadas de críticas a la institucionalidad, acusaciones sin pruebas y órdenes públicas de dudosa legalidad.

En lugar de convocar a un verdadero acuerdo social, el evento terminó siendo otro capítulo en la confrontación entre el Gobierno Nacional y uno de los territorios más críticos a su gestión. Mientras tanto, los problemas de fondo —como la seguridad, la pobreza urbana y la legitimidad de los procesos de paz— siguen sin una hoja de ruta clara ni consensuada.

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