La creciente tenencia de mascotas en el país ha puesto sobre la mesa la necesidad de fortalecer la cultura de responsabilidad entre los ciudadanos, no solo por el bienestar de los animales, sino también por la calidad de vida en los entornos urbanos y rurales.
Con más familias colombianas incluyendo animales de compañía en sus hogares, se hace urgente promover prácticas responsables que favorezcan la convivencia pacífica y el respeto por los espacios públicos. Una de las problemáticas más frecuentes es la omisión en la recolección de excrementos en calles, parques y zonas verdes, lo cual genera molestias sanitarias y visuales, especialmente en lugares frecuentados por niños y niñas.
En respuesta a esta situación, el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana establece una multa tipo 1 para quienes sean sorprendidos dejando los desechos de sus mascotas en la vía pública. Para el año 2025, este tipo de sanción equivale a $94.900 pesos, y busca motivar el respeto por las normas de higiene urbana.
No obstante, el marco normativo contempla una alternativa pedagógica para quienes cometan esta infracción. Los ciudadanos sancionados podrán reemplazar el pago de la multa por actividades educativas, siempre que realicen la solicitud correspondiente dentro de los cinco días hábiles posteriores a la imposición del comparendo. Esta medida apunta a crear conciencia sobre el rol activo que cada persona debe asumir en el cuidado animal y en la construcción de comunidades respetuosas y limpias.
Por otra parte, se mantienen en firme las disposiciones relacionadas con la tenencia de perros de manejo especial, anteriormente conocidos como razas potencialmente peligrosas. Estos incluyen ejemplares como el Pitbull Terrier, Dogo Argentino, Rottweiler, Staffordshire Terrier, Fila Brasileiro, Bullmastiff y Dóberman, entre otros. Para circular con estos animales en espacios públicos, los propietarios están obligados a usar correa y bozal, además de cumplir con requisitos de identificación, vacunación y pólizas de responsabilidad civil.
La tenencia de mascotas conlleva una responsabilidad legal, ética y social. Su cuidado adecuado, además de demostrar empatía hacia los seres sintientes, influye directamente en la armonía de la comunidad. Por ello, autoridades locales, organizaciones animalistas y ciudadanos comprometidos trabajan juntos en campañas de educación y vigilancia para garantizar entornos más limpios, seguros y respetuosos para todos.
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